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Ideologicas

Los que vituperan

Por Ulises espinosa Núñez

 

Los que vituperan, esputan o defecan odio sobre la Revolución cubana, en su frustración creen a cada rato encontrar la fórmula, la acción apocalíptica que dé al traste con este proceso que ya su medio siglo de edad, es decir, que entró en la tercera edad, y en un abrir y cerrar de ojos, se inscribirá en el Club de los 120 Años.

Cuando a principio de mayo de 2005, el presidente norteamericano George Bush dio a conocer sus kilométricas medidas represivas contra el pueblo cubano, la pandilla mafiosa de Miami, sus abominables lanceros del Congreso, y los tanques pensantes que agrupó el ex canciller Colim Powell, se creyeron la ridícula idea de que acababan de darle el golpe de gracia a la economía de la Isla, con la limitación al mínimo del envío de las remesas desde su territorio. ¡Ignorantes!.

Según su óptica, Cuba es una de esas repúblicas bananeras donde el alivio de su pobreza depende de una remesa que en algunos países se ha convertido en la principal entrada para la economía interna. México recibe 17 mil millones de dólares, El Salvador sobrepasa los dos mil millones, por lo que es medular en el balance de su mercado y la satisfacción de las necesidades de la familia salvadoreña.

En el caso de ese país centroamericano, es de tanta importancia la remesa, que en las reciente campaña electoral presidencial, el gobierno de los Estados Unidos amenazó, así de cierto, al pueblo con limitar los envíos, si votaban o ganaba el Frente Farabundo Martí, cuyo aspirante era el legendario combatiente revolucionario Chaffi Handal; como es de notar allí la remesa determina una situación, un equilibrio social y político. Handal no ganó, en consecuencia.

Pero ese no es el caso de Cuba, ni el Gobierno cubano pudo cometer la ingenuidad de que la economía fuera a caer en la dependencia de la moneda yanqui, en el proceso de recuperación de la crisis que provocó la desaparición de la Unión Soviética y del Campo Socialista, cuando se sabe que la política en Norteamérica también la traza el dinero.

Según ha dicho el propio presidente Fidel Castro, desde que se despenalizó el dólar en Cuba, ya se pensó en buscar una moneda cubana fuerte para sacarlo del panorama local. Ya ocurrió, y nada favorable a los enemigos ha ocurrido.

Ocurrió, y los que odian a esta Nación se han quedado con la carabina al hombro, encasquillados al punto de que el tiro le salió por la culata, unos meses después que apuntaron al derrumbe, porque en el supuesto de su óptica, los cubanos no podrían vivir sin el billete verde como equivalente de los activos.

Según cables de agencias internacionales de prensa, a Cuba entran unos 800 mil dólares por concepto de remesas, otras sitúan la cifra en los mil 200 millones, y ni con ese estimado respetable pueden ser categóricos en afirmar que la economía cubana está determinada por esa entrada suplementaria que, sin embargo, sí es importante para quienes la reciben, por su poder de adquisición en los mercados.

Francisco Soberón, ministro presidente del Banco Nacional de Cuba, dijo en una mesa redonda que tal afirmación es ridícula, por cuanto el peso de las remesas en las finanzas internas es una ínfima parte; según las cifras que la propia prensa extranjera maneja, representa entre la décima y la oncena parte de los ingresos, tan solo eso.

Ya una vez en Cuba esa remesa que los políticos capitalizan no desempeñó ningún rol económico, por ínfima o inexistente, porque el nivel de vida de los cubanos era competitivo en la década de los 80: por aquellos años los mercados estaban saturados de productos y eran muchas las opciones con el peso corriente.

Hoy, a pesar de la crisis que el país está rebasando, tampoco esa remesa determina la economía interna; apostar a ello le está acarreando a los enemigos de la Revolución un nuevo fracaso. Lógicamente, el Gobierno cubano no menoscaba lo que significa esa ayuda para las familias que la reciben, pero en nada estima el valor político que le otorgan quienes apuestan a las medidas que Bush implementó.

El mundo debe saber algo: los dólares que una parte de la población recibe no son para pagar medicamentos, consultas médicas, intervenciones quirúrgicas, escuelas, matrículas, estudios, servicios funerales, la atención prenatal a las mujeres embarazadas, pues en Cuba todo eso lo recibe el pueblo de manera gratuita, incluso la canasta básica, es subsidiada por el gobierno, como por ejemplo, con un dólar un niño cubano entre cero y siete años puede adquirir 104 litros de leche.

Muchas cosas y servicios no se pagan en Cuba con el dólar, y otras tantas son tan baratas que asombran, entre ellas que usted pueda viajar 650 kilómetros en tren u ómnibus con 27 pesos, que es el equivalente a un dólar, y si de trata del transporte urbano una persona puede hacer 270 viajes con un dólar. Creo que ese servicio en Cuba es el más barato del mundo.

Nadie se piense, que esos mercados abarrotados, que se pueden ver diariamente en cualquier provincia del país es únicamente debido a las remesas, sino también al poder adquisitivo que ostenta la población cubana, algo de lo cual puede dar pruebas la red de cajas de cambio y compra de divisa (CADECA) que visita el pueblo. Es evidente que no hay ganancia para los imperialistas y contrarrevolucionarios de Norteamérica con la limitación al envío de esa ayuda, a no ser el daño que le causan a la población.

Tengo la convicción que las remesas, como herramienta política, es una forma de arar en el mar, es agua entre los dedos, una salva, tiro al aire, en fin, la quinta pata sin la cual la mesa ha quedado en la misma posición.

SueƱos de Miami

La pregunta es necesaria, pues durante décadas la contrarrevolución rancia, los políticos de refinada demagogia y todos aquellos personajes de trajes encopetados únicos para la oligarquía, y otros desclasados elementos que añoran en Miami, vienen prometiéndole al mundo una alternativa de gobierno en Cuba, que imaginan algunos observadores, sería retrotraer el actual sistema al que ellos no pudieron sostener frente a la Revolución, hace 45 años.

Para los cubanos sería retornar al parque jurásico que una vez fue la Nación antillana, y sucedería algo así como arrancar de La Habana a Alamar, de Las Tunas su distrito Camilo Cienfuegos o su Zona Industrial, de Holguín el Hospital Lenin y su hotel Pernik, y llenar esos parajes nuevamente de marabú, de malezas o dejar esas áreas en el terreno rocoso que fueron, en los tiempos de la desesperanza.

Con politiquería, discursos demagógicos, mentiras y terrorismo han pretendido, y pretenden, que los cubanos les crean la supuesta honestidad con que se venden sobre las tablas de Miami, en las emisoras de radio, en los banquetes de alcurnia, o donde quiera que arman el circo para cocinarse en su propia salsa.

Los rostros de los quieren gobernar en Cuba son bien conocidos: muchos de ellos se banquetearon en la televisión en los días tristes del secuestro de Elián, un niño sobre cuya inocencia y desamparo descargaron el odio visceral que alimentan desde la fuga del tirano Fulgencio Batista en 1959, quien antes de irse había hecho asesinar a 20 mil cubanos a lo largo de siete años de felonías.

Entre los aspirantes a líderes de la Cuba posrevolucionaria están Jorge Más Santos, el hijo del Más Canosa, ambos financieros del terrorismo que amenaza a la Isla, y así Ileana Ross Lethinen, Lincon Díaz Balar, Bob Menéndez, José Basulto, todos ellos figuras prominentes del anticomunismo, financieros del anticastrismo.

Ellos se han tomado en serio el asunto, porque hace mucho tiempo ya que elaboran plataformas, tienen lo que es una especie de gobierno en el exilio que reconocido por los lacayos que subsisten en España, y que gozan de anuncia y beneplácito en Costa Rica, Nicaragua y El Salvador, entre algunos refugios de la política norteamericana contra la evolución Cubana.

Pero fíjese usted que estupidez: algunos de los que vendrían a gobernar en Cuba, en el supuesto de que los cubanos de Fidel le entreguen la Patria o que los yanquis la conquisten, han planteado que pedirían tres días de licencia para matar a los comunistas.

Todos esos son lobos que envejecen en la misma cueva, protegidos por los fascistas del Congreso y el Senado norteamericanos, con la frustración de que sus aspiraciones son sueños quiméricos, como los del perro que mira a la luna queriéndola alcanzar en corto lance.

Así pudieran pasar sus últimos días tras las rejas y no en mansión de recreo los cuatro que fueron a su último intento de matar al líder cubano Fidel Castro, en noviembre del 2000, en ciudad de Panamá.

Son cuatro terroristas que han envejecido haciéndole daño a la humanidad, asesinando

Respuesta a una Rusa

No me censure por hablar del pasado, que pienso en el futuro

 

-Respuesta a una socióloga rusa que no se identifica por cuestiones de seguridad ¿A quién le temerá?

 

Ulises Espinosa Núñez

 

 He disfrutado de varios días de vacaciones y al volver a mi quehacer cotidiano, me encuentro con un correo de una socióloga rusa quien ante todo me desea un feliz año nuevo, lo cual agradesco sinceramente por venir de una hija de la Nación cuya historia y pueblo quiero y admiro desde que era un adolescente, cuando lei de allá la novela testimonial La cuarta altura. Entre muchos fue el primero que devoré.

 

Reconoce la remitente que estoy bien informado sobre la vida de mi país, pero le aclaro que también de este mundo que está patas arriba, como afirma el colega uruguayo Eduardo Galeano, y de eso me ocupé desde que fui alfabetizado en el campo a los 11 años de edad, al lado de mi casa poco después de triunfar la Revolución, en una escuela que nunca antes tuvo maestro.

 

Quiero ser gentil con ella, por tanto me remito a las observaciones que ella hace, y la primera es la que se refiere a la amnistía del joven revolucionario, hoy presidente de Cuba Fidel Castro Ruz, preso en Isla de Pinos a mediados de la década del 50 del siglo pasado por el asalto al Cuartel Moncada, en una gesta que se proponía una insurrección nacional contra la dictadura de Fulgencio Batista.

 

Por la liberación de los jóvenes asaltantes trabajaron muchas personas, otras ayudaron, hicieron gestionenes, simpatizantes de la causa de los moncadistas o no, familiares y batistianos, algunos por cuestuiones de afinidad, lazos filiales o relaciones económicas y políticas, mas, nadie podrá negar que fueron las masas populares, el pueblo liderado por el Partido Socialista Popular, la Federación Estudiantil Universitaria, el Frente Cívico de Mujeres, la Central Sindical y militantes de izquierda y gente honesta de otros partidos.

 

No obviemos que Batista también contribuyó a ello, pues carente de credibilidad y de respaldo popular, y con la cañona que daba violentando la ley por ligitimar su gobierno en las elecciones de 1954, accedió a liberar a Fidel y sus compañeros, para congraciarse con el gobierno de los Estados Unidos, que necesitaba esa brecha para continuar llenando el vientre al gorila con armas y apoyo político, diplomático y financiero.

 

Lo que por entonces hicieran algunos por asuntos familiares queda sencillamente ahí, sobre todo para un líder como Fidel, quien estando todavía en el presidio, le diría a Melba Hernández y Aideé Santamaría, asaltantes también, pero ya libres y en la lucha por su excarcelación:

 

“ No verán en nuestro Movimiento (26 de Julio) la presencia de ningún Fico, Gerardo Vázquez representantes de la gran gran burguesía cubana y comparsa, sino gente nueva, humilde, luchadora, pobre, que no ha ocupado nunca ningún ministerio, ni actas de senadores o representantes ni participado nunca en ningún negocio turbio o transación política… (el Movimiento) se presenta con un programa social de ambicioso contenido que mira por encima de todo el interés de las clases humildes y explotadas”.

 

Desde el mismo día del triunfo el primero de 1959 ya Cuba fue otra, pues con la fuga del dictador se irían todos aquellos que habían esquilmado a la Nación, el erario público, apropíado de las riquezas del país, los criminales oficiales, los esbirros. Asimismo, y como consecuencia de la interpretacióbn cabal de la obra de Lenin El Estado y la Revolución, fue destruída la maquinaria de poder de la burguesía. Los partidos políticos tradicionales se desmoraron por sí mismos, hicieron igual que los de Venezuela hoy; lo habían gastado todo contra la Revolución y a favor de Batista.

 

Asi,  se creó el ejército y la policia del pueblo, con miembros que habían combatido en la Sierra, el llano y las ciudades al oprobioso régimen, se dictó la Ley de Reforma Agraria que le entregó la tierra a los campesinos, y en un programa a priori, ante la inmediata agresividad del gobierno de Estados Unidos contra la Revolución, se inició la nacionalización de todas las propiedades en manos del capital extranjero, y a muchos nacionales se les confiscaron los bienes malversados al país. Todas las riquezas quedaron en manos del Estado revolucionario.

 

Hace 47 años los cubanos están haciendo cambios de su sociedad, perfeccionando el sistema, democratizándolo cada vez más, particularmente desde que el país se institucionalizó con la Constitución Socialista de 1976, sentando sobre bases jurídicas el gobierno de los obreros y campesinos, con formas populares desde las circunscripciones hasta el Parlamento, y cada dos años y medio se celebran elecciones parciales de concejales y alcaldes,  y al cabo de un lustro las generales para constituir las gobernaturas provinciales y elegir los diputados al parlamento, en ambos procesos mediante el voto secreto.

 

Con la obra hecha hasta hoy es suficiente para convencernos de que ya la Isla nunca más podrá regresar a aquel pasado, y en cuanto a “cambios hacia la democracia”, es una frasesita alienada con el discurso recurrente del Gobierno de los Estados Unidos, de la mafia contrarrevolucionaria de Miami, ciudad nido de los desplazados del poder en 1959, y la actitud servil de la Unión Europea, que le hace el juego al imperio, contribuyendo ignominiosamente a la bendición del bloqueo criminal que hace casi medio siglo los yanquis imponen al pueblo cubano.

 

La socióloga rusa que me escribe parece no haber visto o sentido lo que le ocurrió a la Unión Soviética por haberse dejado arrebatar las conquistas socialistas, precisamente por acceder, para desgracia del mundo, a hacer tales cambios hacia la democracia, tras los cuales el pueblo perdió el poder, la extrordinaria influencia que ejercía su Estado en la historia contemporánea; mucho se escribe hoy en la prensa internacional de la más poderosa mafia rusa y los centros de poder del gran capital. Tal vez por eso Londres llama a que los rusos se instalen en ella, porque compran los más lugosos y costosos apartamentos. Cientos de miles de millones de dólares se fugan de la patria de Lenin, qui´zas porque los ancianos y la juventud y la niñez no lo necesiten.

 

Un cambio hacia la democracia al estilo del deseo yanqui sería suicidio de los cubanos, que con tal desagrabio a la reacción norteamericana y sus lacayos de Miami y de otras latitudes perderíamos la Patria, nos aplastarían de manera tal que ya nunca más podríamos levantar la espada, ni seriamos independiente ni libres como país y pueblo, seguro que una colonia sí, sabiendo hay solicitud de licencia de tres días para matar a los revolucionarios, comunistas o miembros de las organizaciones de masas como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), el terror de la CIA y los mercenarios internos.

 

Tal locura sería sobre la base de una guerra que el imperialismo yanqui y sus tropas no podrían ganar, porque el de Cuba no es un ejército profesional, sino  todo un pueblo uniformado, y subrayo esto porque la contrarrevolución cubana en la Florida le está rogando y exigiendo por sus respaldos fraudulentos a George W. Bush que le entregue a Cuba libre, y no son capaces de venir ellos a reconquistarla; remember Playa Girón en 1961.

 

Diez administraciones norteamericanas no han podido ni se atreverán a tal aventura porque el costo que pagarían sería superior al que pagaron por su intervención oportunista en la Segunda Guerra Mundial, cuando esperaron hasta el último momento que los soviéticos se desangraran frente a la Alemania fascista. Pero mire usted, cambios hacia la democracia  se los impusieron a la Europa Socialista, sin resistencia alguna, acá tendría que ser por la fuerza y frente a un pueblo entero dispuesto a morir haciendo resistencia. Acá si habrá tiros.

 

Esos cambios para Cuba también lo quieren los mercenarios que dentro del país son asalariados de la Oficina de Intereses de Estados unidos(SINA) en La Habana, a la que llegan millones de dólares  del contribuyente para alimentarlos en sus afanes de ostentación, pero que como “líderes” de la oposición de cuatro gatos carecen de visibilidad y relevancia; no quitan el sueño.

 

Los cubanos, la única frustación que pudieran tener sería la de no haber podido

alcanzar todavía todas las  metas de desarrollo y bienestar que se había trazado, sin embargo, la crisis económica que sufrió en la última década no mató las esperanzas de lograrlo, y avanza la Nación, a pesar del férreo bloqueo yanqui, que ni siquiera a sus científicos, estudiantes, pedagogos, deportivas, músicos o turistas dejan venir a Cuba, mas el gobierno cubano realiza negocios comerciales con diversos estados de la Unión, en renglones de la alimentación. Cuba enfrenta exitosamente un bloqueo criminal como aquel que padeció Rusia por 14 potencias, tras la victoriosa Revolución de Octubre.

 

Nuestro país tiene relaciones con 184 naciones, y se basan en la voluntad de las partes y en el tipo que se convenía a nivel inter estatales, por lo que  pueden ser comerciales, de colaboración y cooperación, de intercambios científicos, culturales, deportivos; nada de eso se puede lograr con el gobierno norteamericano gobierno, como tampoco con los miembros de la Unión Europea, mientras son crecientes con las exRepúblicas Soviéticas. Parece aque la socióloga no conoce la persecución oficial que hacen con todos los que comercian con la Isla; y multan por eso, con toda arrogancia, como lo hicieron con 100 millones de dólares a bancos suizos por transaciones financieras con similares cubanos.

 

El cubano es un pueblo que no se puede medir con raseros manidos, porque las reglas aquí son otras para conocer ese comportamiento raro de no rendirse por efectos que rindieron a otros, ni ha podido ser comprendido por otros que la Revolución Cubana no cayera con el derrumbe de la Unión Soviética y la Comunidad Socialista.

 

Cuando los cálculos de la lógica norteamericana y miamense suponían otra actitud y ya con un gobierno en el exilio con sus maletas preparadas para regresar “triunfantes”, a principio de los 90, el sistema es hoy mucho más vigoroso y el pueblo sigue aferrado a la Revolución y el socialismo como única salvación de la voracidad imperial. Nuestra autoestima y los valores son superiores, siempre pensando en el pasado, el tiempo que vivimos y el futuro, sin olvidar la historia y los mártires y los héroes de la patria.

 

Ya han pasado 15 años de que la economía cubana se fue al suelo, y sobrevivió el país y su gobierno porque hay acá una divisa martiana que valoramos mucho:  la pobresa pasa, la deshonra no. El año pasado logramos el 11,8 por ciento de crecimiento económico, los turistas extranjeros fueron más de 2,3 millones y como dijo el presidente Fidel Castro, ahora somos invulnerables económica, política y militarmente. ¿Podría Cuba, de otra manera ayudar al mundo como lo hace hoy, y enviar en ayuda decenas de miles de médicos a más de 60 países? En la peor de las crisis, Cuba no abandonó a las víctimas de Chernobil.

 

La Revolución Cubana siempre ha tenido detractores, enemigos, dentro y fuera, pero si ella ha sido inderrotable, incluso a miles de kilómetros de distancia, por ejemplo, cuando la guerra en Angola, a donde más de trescientos ochenta mil  cubanos fueron a combatir por la independencia de ese país, mucho menos nos podrán vencer dentro, y es porque la existencia de este sistema político fuera de lo común y diferente a otros, es una cuestión de absoluta voluntad de la unidad nacional que prevalece desde el año del triunfo en 1959.

 

Quienes hoy en Cuba y fuera de ella quieren o pujan por cambios hacia la llamada democracia que abandera la reacción internacional, sencillamente quieren ver a este país en la degradación moral, ética , económica y política, como viven Haití, Iraq, Afganistan, El Salvador, Nicaragua, Honduras y otros muchos países del Sur, incluso de los mismos Estados Unidos.

 

En 15 años de crisis cuyas causas la socióloga parece desconocer, vivimos lo peor, Cuba estuvo con su economía en el suelo, el pueblo sufrió lo indecible, las mujeres, por ejemplo, carecieron hasta de almohadillas sanitarias, se paralizaron la maquinaria agrícola y virtualmente toda la industria, los apagones eléctricos fueron desesperantes hasta en 15 horas, carecimos de alimentos, pero el pueblo no salió a las calles a derribar su gobierno ni la Revolución, y en cambio resistió, rechazó la alternativa neoliberal en monolítica unidad nacional; Hombres puede haber traidores, pueblos no.

 

Cuba es una nación más libre que en otros tiempos, porque la interdependencia mundial, no nos hace comprometer ni negociar los principios  de la libertad, la independencia, la soberanía y la lucha por el bienestar del pueblo, y ahí, en este asunto, con la revolución todo, contra la revolución nada, hay mucho en juego, incluso hasta el porvenir de la humanidad. El desarrollo cultural e intelectual de los cubanos le permite saber la verdad. ¿Cree usted que la mafia terrorista y la ultrarreación norteamericana le reservan algo mejor a este pueblo que las conquistas sociales de su Revolución? Cuba no pecará de ingenua, hay otros botones de muestras bastante elocuentes. Los razonamientos de la remitente son más políticos que sociológicos.

 

Cuba es el equilibrio del mundo,  y quien se levanta con ella, se levanta para todos los tiempos, dijo una vez José Martí, cuando preparaba la Guerra Necesaria para esta misión histórica frente al imperialismo yanqui, que lleva más de dos siglos pretendiendo adueñarse de este pedazo de tierra del Caribe. Poco sabe la socióloga de cuantos cubanos viajan por el mundo, pero en cuanto a Estados Unidos, ellos limitan al mínimo la migración y visitas, en cambio alienta las salidas en balsas, botes, en éxodo que ya ha causado la muerte a miles de hombres, mujeres, niños y ancianos en el Estrecho de la Florida.

 

¿Sabrá algo la socióloga rusa de qué es el neoliberalismo, no tiene evidencias cercanas? Perderíamos hasta las carreteras y los cementerios como ocurrió en Argentina, porque los revanchistas lo venderían todo. Acaso no le dice nada cómo América Latina se rebela y clama las ideas del socialismo y se decide a liquidar la tendencia de la globalización imperialista. ¿Si como escribe, es admiradora del puebelo cubano, como dice, porqué nos sugiere el suicidio?

 

Le diré algo. Cuba es como una vivienda, donde los que la habitan deciden la forma de vivir, y por decoro y dignidad viril, se opondrán a cualquier vecino que quiera imponer el modo, sin embargo, la socióloga parece ignorar que el presidente norteamericano el 6 de mayo del año pasado aprobó un plan de 450 páginas para asistir a una Cuba libre y ordenar el hogar de su vecino socialista; eso lo bendice también la Unión Europea. ¿Y ella? ¡Es para el cambio hacia la democracia!

 

Me he extendido en esta respuesta, pero con toda convicción expongo las razones de Cuba y su pueblo para no rendirse, y en esto le soy categórico con una setencia del Mayor General Antonio Maceo, expresada en 1884, en Honduras, a donde emigró para preparar la nueva campaña libertadora:“…quien intente apropiarse de Cuba recogera el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”.

 

Vigilia

Eterna vigilia se puede decir, ha sido siempre la de Cuba, buscando o vigilando en sus costas, cuadras y calles de sus pueblos, o en los caminos de los campos, los movimientos extraños y subrepticios de los enemigos, porque si de algo deben estar convencidos los otros ojos que miran hacia la Isla, es de que a este país hay que cuidarlo en extremo, pues lamentablemente hay políticas oficiales que quieren asesinarlo.

 

Cuba es por eso una eterna vigilia en el cuidado de su propio universo, que tal vez no sea perfecto como algunos afirman y nosotros sabemos,  pero es el mejor del que tienen experiencia una cuarta parte de sus 11,2 millones de habitantes, que vivió la sociedad anterior, y las otras tres cuartas partes, la nacida después del triunfo revolucionario, se desarrolló bajo la constante amenaza del peligro del terrorismo y el bloqueo y la agresión norteamericanos.

 

Pero la vigilia de estos tiempos, es simplemente una reacciópn de conciencia, de conviccione por razones capitales, ya que  elementos criminales tarifados por el gobierno de los Estados Unidos y sus agencias de inteligencia, siempre cometerían actos terroristas y fechorías de lesa humanidad, acciones y servicios que de algún modo causarían daños a las personas o al patrimonio nacional cubanos.

 

Desde que el Comandante en Jefe Fidel Castro bajó de la Sierra Maestra en ofensiva final, tomó Santiago e inició la Caravana de la Victoria y llegó a la capital cubana, no han cesado las agresiones, las que después se incrementaron con sabotajes y asesinatos hasta que el joven líder llamó a crear los Comité de Vigilancia que rápidamente se llamaron Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

 

La violencia terrorista no era con hechos aislados por un siquitrillado, o aquel terrateniente al que la Ley de Reforma Agraria le quitó el exceso de tierras que tenía, sino mediante programas que venían de la Oficina Oval de la Casa Blanca o de los laboratorios terroristas de Langley, la sede de la

Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos.

 

Todo lo que se hizo desde entonces contra Cuba fue pensado, calculado, planificado, precisado, pagado, pero si no hubiera sido por la vigilia, ya no existiera la Revolución.

 

Algo que enseñó temprano Fidel fue que una Revolución verdadera tiene que saber defenderse, porque no sobreviviría al error, concepción que aceleró la ofensiva contra los cientos de bandas que la CIA organizó a lo largo de toda la isla, y aquí está Cuba, todavía en vigilia desde 1959, porque no cesan las agresiones.

 

Pero la vigilia tiene una carga emotiva a la que las fibras humanas no se pueden sustraer, porque el impacto hizo brotar los sentimientos profundos del ciudadano cubano, abrió heridas falsamente cerradas después de cada crimen, por eso los 138 mártires cuyas fotos se levantaron frente a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana ( SINA) inflamaron los pechos de todo el pueblo.

 

Vimos brotar lágrimas por aquella desgracia irreparable de ver morir a sus seres queridos a bordo del avión de Cubana en el vuelo 455. Esos rostros acusan del dolor impuesto a los cubanos por los gobiernos de Estados Unidos, a lo largo de 50 años, tan sólo porque los antillanos decidieron la forma socialista para su sociedad única en occidente: sistema político y económico; y todo ha sido al precio de tres mil 400 muertos.

 

En los rostros de esta vigilia están los miles de ciudadanos que resultaron lesionados y mutilados en estos años por el terrorismo Made In Usa contra la Revolución Cubana, y los asesinados fueron estudiante, maestros, campesinos, profesionales, obreros agrícolas o pecuarios, empleados, soldados, una muchacha, un niño, porque los criminales que paga Estados Unidos, no tienen rostro, sino una bandera con barras y 50 estrella como antifaz.

 

Nunca antes en Cuba se vieron tales banderas negras, del luto total, y el hecho de que tremolen hacia la SINA, es ya suficiente para que los que allí están comandando la contrarrevolución sepan que los cubanos piden justicia, pero que los mártires que van a  su cuenta no están ni muertos ni olvidados. Y si la vigilia se convoca acusadora, es porque el Gobierno de los Estados Unidos aplica el terror político como política de Estado.

 

El mundo sabe que el expresidente de Estados Unidos, George Bush, es intelectual y materialmente un líder terrorista, lo atestiguan viejas relaciones de familia con los Bin Laden y la élite de la mafia terrorista de Miami, a la cual agradece memorables habilidades fraudulentas; por eso coqueteó en su mandato con la jauría y hacen malabares con la suerte de Luis Posada Carriles, terrorista asalariado de USA , ahora liberado en tanto tienen encarcelados a cinco jóvenes que operaban en Miami, en vigilia, para detectar cualquier proyecto terrorista contra el pueblo cubano.

 

Pero el reto lo tiene ahora Barak Obama: él tomó lo que Bush le entrregó, esperemos a ver si la política agresiva contra Cuba también.